Tras escoger la cama y los complementos de una habitación infantil, puede parecer que ya está todo hecho. Pero contribuir a un buen descanso es fundamental para asegurar el desarrollo adecuado de nuestros pequeños. Para ello no solo tenemos que fijarnos en el colchón en el que dormirán cada noche, sino también donde descansarán la cabeza. Antes de elegir la almohada infantil tenemos que recordar que los bebés y los menores de dos años no les hace falta. Ahora si, si a tus pequeños ya les toca usarla, habrá que decidir cuál es la que necesitan para sus hábitos de sueño.
Para elegir la ideal debemos buscar que la altura y la firmeza sea baja para garantizar que la cabeza, el cuello y la espalda queden alineadas. Es también aconsejable buscar los modelos hipoalergénicos para garantizar el descanso sin ningún tipo de molestias. Los modelos de firmeza y altura baja nos asegura una mayor adaptabilidad a cualquier postura que adquiera el niño mientras duerma.
¿Qué ventajas tienen las almohadas infantiles?
Esta categoría se asegura de la alineación del cuerpo. Al principio los niños pequeños duermen boca arriba, pero conforme van creciendo pasan a dormir de lado. Esto puede hacer que la cabeza y el cuello queden inclinados haciendo que la posición sea incómoda. Estas son las encargadas de evitar esto, ya que la misma se encargará de alinear el cuerpo. Por lo que no se generaran dolores ni problemas en su cervical.
Es recomendable que estos modelos cuenten con una firmeza baja que permitirá que los más pequeños disfruten de un apoyo cómodo con una transpirabilidad alta, esto asegurara el descanso. Este tipo se adaptan a los movimientos de los pequeños durante la noche, permitiendo que descanse. Además, sí optamos por adquirir una almohada infantil, garantizamos que el pequeño descanse y nos deje descansar a nosotros también.